08 noviembre 2015

Gin tonic ¿Por qué no debes servir la tónica caliente?

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¿Por qué no debes servir la tónica caliente?

Parece lógico pensar que la ginebra y la tónica que forman nuestra mezcla deben estar a la temperatura adecuada. Sin embargo, una duda nos acecha. Si servimos el gin-tonic con hielos y la ginebra está bien fría, ¿es necesario que la tónica también esté a bajas temperaturas? Al igual que sucedía con el amargor y la tonalidad azul del cóctel, la bebida inventada por Schweppes es clave para conseguir un buen resultado.


El dióxido de carbono puede utilizarse en la industria alimentaria sin problemas


Y es que la tónica no es más que agua carbonatada artificialmente; es decir, agua a la que le hemos añadido dióxido de carbono. Las famosas burbujas que percibimos en nuestra copa son el resultado de este gas, que no sólo sirve para hacer buenos gin-tonic, sino que también está implicado en el peligroso cambio climático.

A pesar de sus dañinas consecuencias medioambientales, el uso del dióxido de carbono está permitido en la industria alimentaria. Esto es debido a que el gas es incoloro e insípido, y no produce efectos en las bebidas más allá de proporcionar la efervescencia que también vemos en otros productos refrescantes.


Cyclonebill (Flickr)

Sin embargo, cualquier amante del gin-tonic sabe que está prohibido usar tónica caliente. Y es que la solubilidad del dióxido de carbono varía en función de la temperatura: cuanto más alta sea, menos soluble será el también conocido como anhídrido carbónico. Si servimos la tónica caliente, el gas se disipará y no percibiremos las burbujas tan características del cóctel.

La solubilidad variable del dióxido de carbono en función de la temperatura es conocida desde la década de los cuarenta. En aquella época, investigadores publicaron en la prestigiosa Journal of the American Chemical Society una gráfica que explica que, manteniendo la presión constante, el gas se va haciendo menos soluble a medida que aumentamos la temperatura.

Aquel clásico experimento nos explica hoy la razón por la que no podemos mezclar la ginebra con una tónica caliente. ¿Debemos hacerlo con una cucharita imperial? Muchos aficionados al gin-tonic se empeñan en utilizar esta curiosa herramienta, argumentando que "permite el lento descenso de la tónica por el tobogán en espiral hasta tocar el primer hielo".

¿Se trata de un rito o de un mito? Para comprobarlo, Ferran Centelles, sommelier de El Bulli, realizó un experimento con el que determinó si el uso de la cucharita imperial favorecía la presencia de gas carbónico en el gin-tonic. Sus resultados, publicados en la revista 7 Caníbales, demostraban que usar la cuchara tiene unos efectos parecidos a los de la tónica caliente: se pierde más del 15% del dióxido de carbono del combinado, y por tanto, empeora su calidad.

Si te gusta el gin-tonic, y quieres disfrutar de su efervescencia, deberás respetar tres máximas: no usar tónica caliente, olvidarte de la cucharita imperial, y por último, no remover el cóctel. Si lo hiciéramos, provocaríamos la pérdida de dióxido de carbono de nuestro gin-tonic. Y es que ya lo decía James Bond, "agitado, pero no revuelto". Aunque él siempre pidiera Martini con vodka.

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