Aqua Restaurant
Ya hemos disfrutado de las Jornadas Gastronómicas Tesoros de Castellón en Aqua Restaurant como os anunciamos hace unos días, y la verdad es que tenemos que decir que hemos descubierto un restaurante de los que destacan por muchas cosas. Aqua Restaurant se encuentra en el Hotel Luz de Castellón, sigue el modelo de los restaurantes gastronómicos, por lo que el servicio que ofrecen es el del disfrute del comensal.
Las jornadas gastronómicas que ocupan esta semana la cocina de Aqua Restaurant aúnan, como su nombre indica, los Tesoros de Castellón, los mejores productos de la tierra y del mar que rodea a esta provincia. Pero en este restaurante se puede disfrutar todo el año de una carta y menús degustación de cocina de vanguardia basada en el producto de temporada y trabajada con las mejores técnicas, proporcionando así la pureza de la materia prima enaltecida con los mimos del chef, Pedro Salas, y su equipo.
Pedro Salas es chef ejecutivo en el Hotel Luz, donde se encuentra el Aqua Restaurant, y también de la cocina del Hotel Jaime I y de los Salones del Gran Casino de Castellón. Este joven cocinero ha pasado por prestigiosas escuelas y restaurantes de Castellón, Valencia, Gerona, Lyon y París entre otros, siendo El Celler de Can Roca el último restaurante en el que estuvo antes de empezar a dirigir la cocina. Además realiza colaboraciones docentes para el Centro de Desarrollo Turístico de Castellón y la Cátedra de Gastronomía Fepac-Asaja de la Universidad Jaume I de Castellón.
Pero vamos a ver el menú que degustamos en estas Jornadas Gastronómicas Tesoros de Castellón, os recordamos tenéis hasta el 22 de febrero para disfrutarlas, no perdáis detalle porque no encontraréis otro menú con semejante materia prima, creatividad y mimo en su elaboración y un servicio en sala encomiable a un precio tan económico (36 euros sin bebida).
Empezamos con un aperitivo lleno de sabores naturales, una Copita de pan con tomate de colgar y aceite de olivos milenarios. Fue como disfrutar de una buena rebanada de pan con tomate y aceite de oliva, pero mucho más refrescante, los tomates de colgar son una delicia y el aceite de olivos milenarios del Maestrazgo lo tenéis que probar. Para estos primeros bocados nos sirvieron un Cava Dominio de la Vega Brut (Utiel-Requena).
Enseguida llegó el primer plato, Flores de invierno. Es un plato muy elegante y con un juego de sabores muy atrevido, constaba de Alcachofa de Benicarló, flores de almendro, yogur de leche de oveja guirra y caragols ‘punxencs’. Además de contar con almendras Marcona en dos texturas, la salsa de los caracoles era una exquisitez. Nos gustó mucho la combinación de las alcachofas con el yogur ligeramente ácido, potente en sabor y suave en el paladar.
Continuamos con el Sepionet del Grao con ‘fabetes’ y balsámicos, un plato increíble en sabores y texturas, en combinación y en el modo de degustarlo. Podéis ver en las fotos que nos lo sirvieron con unas pinzas de bambú para utilizarlas como cubierto, así cada bocado aportaba una cantidad justa para saborear el sepionet con una textura inolvidable, las habitas repeladas, refrescantes, crujientes y tiernas, y una salsa de eucalipto, hierbabuena y wasabi sorprendente. También podéis ver en la foto que el plato está escrito con tinta, pudiendo aportar un poco de su sabor a cada bocado.
En este punto del menú ya estábamos seguros de que nos quedaba mucho por disfrutar, y se presentó ante nosotros un enorme Langostino de Vinaròs con salsa de naranja. Hay que decir que nos supo a poco (claro, si el menú constara de menos platos), los langostinos de Vinaròs no tienen la fama que merecen, salen piezas enormes y su carne es sabrosísima y con una textura que acaricia el paladar. El aderezo de naranja suave y dulce es un acierto, igual que el cava rosado Dominio de la Vega con el que lo tomamos.
Por sorpresa nos pillaron cuando nos sirvieron un plato que no estaba en el menú, Merluza al horno con arroz meloso de acelgas y coliflor, y qué decir, pues dar las gracias porque la merluza estaba exquisita, jugosa, con sus lascas abriéndose ante nuestros ojos y en nuestro paladar. Y el arroz con la cocción exacta nos encantó a pesar de no ser muy amigos de las acelgas, es un placer descubrir que ingredientes que dejas un poco al margen, puedes introducirlos en los platos y disfrutarlos. La coliflor es esa fina quenelleconvertida en terciopelo.
El maître, Julián, nos sirve el siguiente vino, un Albir blanco, previniéndonos sobre su sabor amargo, pero confiado de que iba a trabajar muy bien con el siguiente plato poéticamente llamado De la mar al pinar. En la foto no se aprecia, pero nos lo sirvieron de la siguiente forma: un plato hondo que contenía hojas de pino y hielo seco, gracias a éste, al verter agua caliente se forma una neblina que envuelve el plato. Sobre este plato uno llano y transparente que portaba una roca de sal gorda de la cocción del pescado, un sargo muy carnoso y sabroso, éste está cubierto de piñones, de ahí su nombre De la mar al pinar.
Este plato tiene más poesía escondida, la zona del Grao de Castellón se encuentra entre el mar, una playa virgen y un extenso pinar, en este lugar, con el amanecer se forma esa neblina representada en el plato que funde el mar con la tierra. Con respecto a su degustación, hemos disfrutado muchísimo de un pescado muy jugoso cocinado en plancha a la sal y exquisitamente combinado con los piñones tostados.
Continuamos disfrutando con un Falso risotto de patatas de Vistabella con trufa negra del Maestrazgo y huevo de corral, combinación de ingredientes ideal con la sorprendente textura de la patata.
Esperábamos con confianza la Ventresca de cerdo confitada con miel y romero, maridada con Cocoi, un tinto de Vins de la Terra de Castelló. Con este plato podríamos trasladarnos al Restaurante Coque de Mario Sandoval a pesar de la diferencia en la elaboración. El resultado es una carne muy jugosa envuelta en su corteza crujiente, con sabor a cortezas saladitas en su punto. El aderezo, miel y romero, una delicia para cualquier paladar, y una simpática nube de azúcar proporciona en un bocado un sabor dulce arrebatador.
Es momento del postre y nos sirven un Fondillón, un vino entre rancio y dulce muy popular en esta zona elaborado con uva Monastrell. Este viene a acompañar la Coca 3D de remolacha y queso de Espadán. Personalmente nos parece que la estrella del plato es el queso, un queso de cabra que no conocíamos elaborado en Almedíjar y que obviamente vamos a llevarnos pronto a casa. La remolacha, jugosa y dulce, acompañaba muy bien y la coca era neutra, para no restar sabores.
Decir que es uno de los mejores postres que hemos degustado últimamente, es decir Nieve sobre tierra. Es el último plato, un postre que lleva bastante tiempo en la carta de Aqua Restaurant y que esperamos que no retiren. La nieve es un helado de avellana, la tierra es avellana tostada de Benasal, acompaña este postre además de un ganaché de chocolate, de unas increíbles trompetas de la muerte confitadas y aceite de trufa negra. La explosión y equilibrio de sabores y texturas en el paladar no hacen más que recordarte que comer es un placer, sobre todo con buena materia prima y arte en las manos del cocinero. No podía ser otra cosa que un moscatel Uva d’Or de Valencia que culminara esta cena.
Café y muchas ganas de volver a Aqua Restaurant por el trato recibido, por el magnifico servicio de todo el equipo que trabaja en este restaurante y por el deseo de recorrer todos los platos de la carta, que por cierto, con el cambio de temporada también traerá nuevas sorpresas para los comensales.
Escrito por VelSid el 19 de febrero de 2009 | Categorías: Restaurantes
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