¿POR QUÉ SE FORMA MEJOR LA ESPUMA EN LA LECHE SI ESTÁ FRÍA?
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Con lo que quedan inauguradas una serie de entradas en las que se revisarán algunos de los capítulo del libreo “The kitchen as laboratory”,
del que ya dispongo de una copia (en realidad son las pruebas de
imprenta) y que estará en breve en las librerías de todo el mundo. Lo
cierto es que es un libro de mil caras, como no podía ser de otra manera
al tratarse de una obra coral, con un montón de autores variopintos, de formaciones diferentes, países distintos y maneras de ver y contar las cosas muy diversas.
Y para empezar, me ha llamado la atención
el título del capítulo “Why does cold milk foam better?” (algo así como
“¿Por qué la leche fría espuma mejor?”), en el que me he topado con dos
físicas granadinas colaborando con un británico para explicar una
pregunta que parece tan sencilla, y que (por cierto) me han hecho muchas
veces y no he sabido responder bien.
Para empezar, resulta interesante saber que una espuma es lo que se conoce como un sistema disperso, igual que una emulsión,
en el que hay una fase “rota” (dispersa) en millones de fracciones (el
aire de las burbujas de la espuma, o las gotitas de grasa en las
emulsiones) y una fase continua que estaría constituida por cada una de
las finas paredes de líquido que rodean cada burbuja. El que un líquido
pueda espumar depende de muchos factores, pero sobre todo de que ese
sistema resulte estable y las paredes de líquido no se vayan al garete a
las primeras de cambio. Para que sea estable es necesario que el
líquido contenga algo (agentes espumantes, que pueden ser proteínas,
como las de la leche, lecitina, o muchas otras cosas) que se sitúe en la
superficie de las paredes de las burbujas e impida que las burbujas se
fusionen y colapsen.
En el caso de la leche (ya me voy
centrando) las moléculas que ejercen esta función son las proteínas. Es
importante que estas proteínas se desplacen rápidamente a la superficie
de la pared de la burbuja y que allí formen una película elástica.
Cuando inyectamos vapor en la lecha para hacer un capuccino, se forman
millones de pequeñas burbujas en cuyas paredes se sitúan inmediatamente
las proteínas de la leche.
La primera causa por la que es más
estable una espuma hecha con leche fría tiene que ver con la grasa. La
grasa de la leche permanece más o menos sólida hasta unos 41ºC. Por
encima de esta temperatura se funde, con lo que se extiende más
fácilmente por la superficie de las burbujas y fastidia su formación
(igual que una pequeñísima porción de yema de huevo fastidia la
formación de merengue). Si permanece fría (la grasa) cuando la espuma se
está formando, le cuesta más extenderse por las burbujas, ergo, la
espuma se puede formar (otra conclusión de este hecho es que la leche
desnatada presenta menos problemas a la hora de espumar).
La segunda cuestión (abrevio: los
detalles en el libro, mucho mejor explicados) es la solubilidad del aire
en la leche, que es mayor a bajas temperaturas. Al irse calentando con
el vapor, una vez que ya existen muchas burbujas formadas, el aumento de
las temperaturas les confiera a las proteínas de la leche mayor
movilidad para poder desplazarse hasta la superficie de las burbujas y
estabilizarlas. Y al proseguir el calentamiento, las proteínas pierden
su estructura original y forman redes elásticas que hacen más estables
la burbuja.
Otro factor a tener en cuenta es que,
cuanto más caliente está la leche, menos viscosa es, con lo que se
acelera el drenado de la misma de las paredes de las burbujas, que se
hacen finas más rápidamente hasta colapsar.
Tambien nos cuentan que la leche UHT es
peor para hacer espumas estables que la pasterizada, ya que en la
primera las proteínas ya fueron calentadas a elevadísimas temperaturas
cuando fue procesada, y eso provoca una disminución en su capacidad para
formar esas redes elásticas alrededor de las burbujas. Al final, los
autores nos dan una serie de trucos para crear una espuma de capuccino
más estable:
.- Utilizar leche fría y a ser posible pasterizada
.-Las espumas de leche desnatada son más estables (pero menos cremosas)
.-Utilizar una recipiente de acero
inoxidable (ya que disipa mejor el calor del vapor, dando más tiempo
antes de que la grasa se funda y dejen de formarse burbujas)
Los autores nos proponen una serie de lecturas para obtener más información sobre el tema (esta, esta, esta otra y la de más allá)
¡Uff! He sudado tinta para resumirlo; mucho mejor leer el original.
El cuadro es “La Térre Uni” de Roberto Matta.